23.7.13

Borges en un martes por la mañana



Aunque quiero (y pretendo) continuar con mi camino y llenarme de poesía constructiva e inspiradora como los versos de Whitman en "No te detengas", sigo leyendo a Borges con fervor de sábado por la noche. 
Y me encuentro con poemas que siento que fueron escritos para mí que me llevan a un lugar común: el desamor. No estoy bien después de que Él decidiera dejarme.

Triste realidad que tengo que convertir en rima para poder superar, aunque aún no siento que sea el momento. 
Aún tengo que regodearme un poco en la quietud de la tristeza y en el frío del llanto. Debo llorar a quien ya no está si de verdad lo que pretendo es seguir adelante.



YA NO ES MÁGICO EL MUNDO 

Borges

Ya no es mágico el mundo. 
Te han dejado. 
Ya no compartirás la clara luna 
ni los lentos jardines. Ya no hay una luna 
que no sea espejo del pasado, 

cristal de soledad, sol de agonías. 
Adiós las mutuas manos y las sienes 
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes 
la fiel memoria y los desiertos días. 

Nadie pierde (repites vanamente) 
sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, 
pero no basta ser valiente 

para aprender el arte del olvido. 
Un símbolo, una rosa, te desgarra 
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. 
Tal vez no importa. 
Hay tantas otras cosas en el mundo; 
un instante cualquiera es más profundo 
y diverso que el mar. La vida es corta 

y aunque las horas son tan largas, una 
oscura maravilla nos acecha, 
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha 
que nos libra del sol y de la luna 

y del amor. La dicha que me diste 
y me quitaste debe ser borrada; 
lo que era todo tiene que ser nada. 

 Sólo me queda el goce de estar triste, 
esa vana costumbre que me inclina 
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.