1.5.12

La caída




La Caída

de Zoe Islove, el Sábado, 19 de abril de 2008 a la(s) 2:20 ·


Caía tan de prisa que no le daba tiempo ni a respirar. Su pulso estaba acelerado y su mente solo desdibujaba párrafos de lo que había sido su vida que poco a poco iban perdiendo sentido.
La presión del aire golpeaba sus frágiles huesos, convirtiéndolos en pequeñas astillas. El dolor agudo de la inminente muerte comenzaba a apoderarse de él a medida que su cuerpo colisionaba bruscamente contra el pavimento. Primero fueron las piernas, luego el tronco y los brazos y por último el cráneo. Daba igual, ella ya se había marchado hacia algunos minutos.
Su mente seguía fabricando imágenes, recordaba el olor de su pelo, el tacto de su cara, el color inconfundible de su piel. Oía sirenas, gritos de personas a su alrededor; pensaba que haría ella al conocer su decisión.
Ya no pensaba, ya no oía ni olía.
Ni vivía.