Una mujer entre mil mujeres
Esta mujer, la que lo inventó todo.
Ha probado la tierra y un trozo de cielo
Le ha dado un sorbo al fondo del mar.
No intentes engañarla.
Hoy está encerrada, dentro de su caparazón
pero pronto volverá la primavera
y como capullo en flor abrirá sus pétalos al calor de la mañana
Y la volverás a ver brillar
Y tendrás que cerrar los ojos para que no te cegue
porque no serás capaz de sostener la mirada ante el fulgor de su brillo
Y querrás abrazarla, como nunca antes habrías querido
Y la amarás hasta más no poder
La rodearás dibujando círculos alrededor de su cuerpo
para sentir como está viva
...
La mujer entre mil mujeres renacerá de sus cenizas y volverá a hacer sonar su arpa
y ya jamás nadie podrá callarla
y esas noches tan frías y solitarias se convertirán en amor absoluto
porque ella así lo dispondrá
Otra vez: no intentes engañarla.
Mirará su propio reflejo en el agua y por fin verá
verá, oirá, tocará, sentirá, vivirá
Estará despierta
con los ojos bien abiertos
Estará tan, tan viva que puede que viva toda su vida en un segundo
En un segundo o dos.