Conjura placer y dolor e involúcrame en tu historia, aunque jamás te haya conocido Déjame creerme parte de esa joven vida y de esa desdichada muerte De esos cielos sin estrellas, de esa Luna sin Sol. Déjame cantar tu canción o hacer mío tu soneto y que las palabras ahoguen mi garganta como un mar que ha ennegrecido por la tormenta. Y que el silencio perpetuo de las mañanas quietas griten el ruido mudo de aquello que fuiste incapaz de decir y que se apropie de mis sentidos y que los haga suyos, como instrumentos. Bendita locura del ruido eterno.
"Él no te ama, ilusa" Así empieza el esbozo de "Confesión #2", que no es más que una autoagresión con palabras. Hoy me hice una promesa: me dije que empezaría a hacer varias cosas, dentro de una regularidad. Una de ellas sería escribir. Me exigí a mi misma que debería escribir aunque fuera una pieza al día, que luego podría editar o incluso borrar. Pero tenía que escribir. Esta noche me encuentra borracha y oscura. La oscuridad se está convirtiendo en una constante cada jornada. Da igual las veces que intente corregir mi actitud, de observarme, que las sombras consiguen que acabe inmersa dentro. Me atrapan y no me dejan salir. "For no one" Hoy pude haberte visto, si hubiese querido. Sólo tenía que andar un poco y llegar a dónde sueles estar. Pero algo dentro de mi me retuvo, quizás fue la pereza. La pereza que siento ante tu rechazo mudo, ante esa cordialidad contenida, planificada. Decidí improvisar y quedarme en mi quietud meciéndome despacio, arrítmicamente. Divagando entre pensamientos inconclusos, reconociéndote en cada rostro desconocido. Esta noche decidí no verte; lo decidí yo y no fue aleatorio y ahora estoy en mi cama, completamente borracha, escribiendo esta sarta de mentiras que mañana probablemente borraré. Y que nadie nunca leerá. Jamás lo leerás. Jamás lo sabrás. Ni tú. Ni nadie.
Empiezo este andadura sola. Tu no estás hace más de un año, ya He intentado una y mil veces correr esa cortina que separa realidad de imaginación porque la fantasía a veces me engaña y mi mente y mi corazón siguen creyéndote aquí Y me pruebo a mi misma e intento dibujarte de memoria porque algunas veces dudo que hayas existido y que no seas un invento de mi imaginación Pero entonces escucho tu voz en esa grabación casera -11/05/13 01:30 pone el whatsapp- y se me pone la piel de gallina de sólo pensarte ahí, para mí. Ese pasado que fue, pero que ya no es. Despierta, ilusa que él ya se fue. Está en otro lugar, dónde tú ya no ocupas sus pensamientos de madrugada, ni eres destinataria de esos mensajes, ni de esas canciones que atesoras en tu iphone como única prueba tangible de que él existió. Él fue pero ya no es.
Cierra los ojos sueña a mitad del día deja que la música suene dentro de tí. Sueña con los ojos abiertos que ya no estás aquí que aquí ya no existe, que es otro lugar. Abraza la libertad que mana de estas palabras la felicidad que da el no pertenecer el no ser el no estar. El tiempo se mide con minutos humanos y dónde vas ahora no necesitas reloj. Camina a través del espejo inclínate, sin doblarte, para ver tu reflejo. Esa niña interior ya esta fuera de ti y dentro has guardado al adulto domado, adormecido que no es capaz de ensoñar que no es capaz de soñar. Déjala que beba del recuerdo déjala que se ahogue en el silencio de esas palabras que invaden desde el exterior. Y el interior, desprovisto de barreras un espacio blando, apetecible. Permítele que entre y se quede a charlar.